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Los huevos son uno de los alimentos más completos que hay a nivel nutricional. Gracias a ello, aportan una serie de beneficios que resultan fundamentales para el organismo, con lo que es recomendable su consumo sin importar la edad que tengamos. Así, se perfila como uno de los alimentos básicos. Sin embargo, cabe destacar que no todos los huevos son iguales, por lo que, en este artículo, vamos a hablar sobre los tipos de huevos y sus beneficios nutritivos para que puedas elegir el que mejor se adapte a tus necesidades nutricionales.
Entre sus propiedades, el huevo destaca por su amplio contenido de nutrientes. La clara del huevo contiene agua y proteínas como la albúmina, mientras que la yema está compuesta por agua, proteína y lípidos. Así, el huevo contiene una elevada cantidad de proteínas de alta calidad. Esto supone que el organismo utiliza y aprovecha la mayor parte de dichas proteínas.
De la cantidad total de lípidos que contiene, alrededor de un 65 % son insaturados, mientras que el 35 % son ácidos grasos saturados. Sin embargo, es importante que resaltemos que la proporción entre saturados e insaturados es muy recomendable para el organismo. Esta proporción de lípidos contribuye con una sana acción cardiovascular.
Es rico en vitaminas como la A, B12, D, E, K, ácido fólico o ácido pantoténico. También contiene biotina, que ayuda a mantener las funciones corporales del organismo en buen estado, además de proteger la piel. Por su parte, la riboflavina que contiene contribuye con el crecimiento y la producción de los glóbulos rojos.
En cuanto a los minerales, los huevos aportan yodo, fósforo, selenio, zinc y hierro. Además, aporta colina, el nutriente precursor de la acetilcolina, fundamental para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como para mejorar la cognición y el metabolismo.
Además, el huevo contiene omega-3, ácido eicosapentaenoico, ácido ocosahexaenoico y pocas calorías. Así, es recomendable que consumamos 1 huevo al día sin importar nuestra edad o género. Sin embargo, las mujeres embarazadas, los niños, los deportistas y las personas mayores son aquellos que más requieren un consumo diario de huevo.
Como hemos mencionado, existen varios tipos de huevos que se diferencian entre sí por su origen. Es decir, lo que marca una gran diferencia entre unos huevos y otros radica en aspectos como el lugar de procedencia, las condiciones de cría de las gallinas y la alimentación que estas reciben.
Los huevos producidos dentro de la UE vienen marcados con un código alfanumérico. Dicho código puede servirnos para identificar de qué tipo de huevo se trata, puesto que nos indica información importante sobre el sistema de producción del alimento y sobre su trazabilidad.
Así, el primer número señala datos sobre la alimentación y el tipo de cría que han recibido las gallinas, mientras que las letras nos informan el país de procedencia, además de la provincia, municipio y la granja específica.
Según el código alfanumérico del huevo, estará clasificado en 4 categorías.
La calidad nutricional del producto final no suele sufrir grandes variaciones entre un tipo y otro. Sin embargo, sí varía el sabor y el aspecto del huevo. En favor del bienestar animal y del cuidado del medioambiente, siempre es preferible que elijas huevos cuyos códigos comiencen con las cifras 0 y 1, puesto que provienen de animales que no sufren daños de ninguna índole durante la producción.
En síntesis, el huevo es uno de los alimentos más importantes a la hora de llevar una dieta balanceada, siendo preferible decantarnos por el consumo de huevos de tipo 0 y 1.
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