5 alimentos que parecen sanos pero no lo son

¿Crees que todo lo que consumimos son alimentos saludables? Hay ciertos alimentos que prácticamente toda la población sabe identificar como malos para la salud y como potenciadores del sobrepeso, como la bollería, los embutidos, los fritos, las golosinas, las patatas fritas o las salchichas, entre otros. La población sabe que, si abusa de estos productos, puede llegar a padecer enfermedades del corazón, diabetes y otras dolencias derivadas de su consumo.

Sin embargo, hay un gran desconocimiento nutricional y, muchos de los alimentos que la mayoría de las personas creen que son sanos, en realidad no lo son. Además, creer que una comida es sana, no justifica que pueda comerse todo el tiempo, ya que el abuso de casi cualquier cosa, termina pasando factura.

Que un producto sea de origen natural no quiere decir que no haya sufrido una transformación poco saludable en un laboratorio. Las patatas fritas, por ejemplo, son de origen natural, pero el resultado final difiere mucho de lo que sería consumir una patata recién sacada del huerto. En este caso, no suele haber confusión, no así con los aperitivos de plátano frito, que resultan igual de insalubres que sus homólogos de patata.

Algunos de los alimentos saludables que se comen, en realidad, no lo son.

Los cereales del desayuno siempre se han considerado como un ejemplo de buena salud y de empezar el día de la mejor manera, sin embargo, la mayoría contiene tanta azúcar que son todo lo contrario a un alimento saludable. El consumo excesivo de azúcar es el responsable de sufrir diabetes, obesidad y otras enfermedades cardiovasculares. Además, en algunos países se utilizan aditivos poco recomendables en este producto. Si se van a consumir cereales para desayunar, es recomendable leer primero la etiqueta y evitar tanto los azucarados como los edulcorados. Los pepinillos en vinagre, las aceitunas y otro tipo de encurtidos tienen una cantidad excesiva de sal. El consumo elevado de sal puede derivar en hipertensión y en enfermedades del corazón. Además, muchas de estas conservas tienen aditivos como el benzoato de sodio y de potasio, potenciales agentes cancerígenos.

Las ensaladas son muy sanas, pero si se aliñan con salsas preparadas, no serán más saludables que una hamburguesa de comida rápida. Este tipo de aderezos suelen contener mucha azúcar, así como aditivos poco recomendables. A la hora de aliñar las ensaladas, es mejor optar por el aceite y el vinagre tradicionales.

El queso para la pasta no parece un agente sospechoso, sin embargo, muchos de los colorantes que utilizan en su elaboración pueden causar alergias o trastorno de déficit de atención. De nuevo, es recomendable optar por la opción tradicional de rallar un trozo de queso sobre los macarrones.

Las palomitas de microondas no son solo inofensivo maíz. Llevan una cantidad excesiva de sal, así como grasas trans y aditivos que sería preferible evitar. ¡Son una bomba para el corazón!

Las hamburguesas veganas de soja sí que parecen estar fuera de toda sospecha, sin embargo, no es así. La proteína de soja se saca de soja transgénica a la que se le añade un disolvente altamente nocivo como es el hexano. Los usos de este disolvente fuera de la industria de la alimentación son borrar pintura, códigos de barras o gomas. Si se consumen hamburguesas vegetales, la mejor opción es hacerlas uno mismo, no son demasiado complicadas y esta opción sí es realmente saludable.

El tofu contiene sulfato de magnesio, un agente con potencial cancerígeno que es preferible evitar. Si se tiene que comer tofu, es imprescindible mirar la etiqueta para el coagulante no sea sulfato de magnesio.

Mucha atención a las etiquetas de los ingredientes, no a las de marketing que pueden llegar a engañarnos y arruinar nuestro duro trabajo.

¿Aún sigues creyendo que todo lo que consumimos son alimentos saludables? Dejanos tus comentarios con tu opinión sobre el marketing que las marcas emplean sobre nosotros.