El Peso Justo
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La dieta Paleolítica, la dieta Atkins, la dieta Dukan … Estoy segura de que has oído hablar en más de una ocasión de las enormes ventajas de las dietas cetogénicas y lo fácil que es adelgazar con ellas. Han ganado gran popularidad en los últimos años, siendo una de las alternativas más elegidas en todo el Mundo para perder peso. Al mismo tiempo, ha surgido un enorme mercado en torno a este tipo de dietas: Productos dietéticos, suplementos especiales, libros al respecto...
Por otro lado, también ha aumentado potencialmente la controversia al respecto, ¿De verdad son tan efectivas para perder peso? ¿Son estas dietas compatibles con mantener un buen estado de salud? ¿Cuáles son sus efectos sobre el organismo? ...
Hoy analizamos más a fondo el mundo de las dietas cetogénicas para adelgazar; Qué son y cuáles son sus principales ventajas e inconvenientes. ¡Empezamos!
Antes de abordar este tema, me parece importante recordar que los hidratos de carbono son la principal fuente de energía utilizada por el organismo para desempeñar sus funciones vitales.
También cabe destacar que muchos de nuestros órganos; como el cerebro, la retina, el corazón, los riñones o los nervios periféricos son clasificados como glucodependientes. Esto quiere decir que necesitan glucosa para realizar sus funciones de forma efectiva.
Una vez revisados estos conceptos, entramos de lleno en las dietas cetogénicas también llamadas dietas keto. Todas estas dietas tienen como característica común la notable reducción de la proporción de hidratos de carbono suministrada en la dieta. Las grandes autoridades sanitarias recomiendan que los carbohidratos representen en torno a un 55 o 60% del valor calórico total, frente al 10% o menos que suelen proponer este tipo de dietas.
La justificación, en principio, resulta de lo más convincente.
Reduciendo el aporte de hidratos de carbono, el organismo fomentará la oxidación de grasas. En otras palabras, el cuerpo "quemará grasa" formando cuerpos cetónicos que utilizará como fuente alternatica de energía. Suena genial, ¿No crees?
La síntesis de estos compuestos ocurrirá en respuesta a los bajos niveles de glucosa y tras agotar las reservas celulares de glucógeno. Se dice entonces que el individuo está en estado de cetosis.
Aunque el fin de todas estas dietas es el mismo (alcanzar el estado de cetosis y que el organismo obtenga la energía a partir de grasa) también es cierto que cada dieta utiliza un método diferente para conseguirlo. Esto las hace más o menos efectiva y agresiva para la salud del individuo.
Algunas permiten la ingesta de frutas y/o verduras, por lo que pueden llegar a ser algo más equilibradas, otras eliminan por completo cualquier fuente de hidratos de carbono, mientras otras llegan a recurrir al ayuno para favorecer la formación de cuerpos cetónicos inicial.
A igual cantidad de calorías consumidas, varios estudios han probado que se produce una pérdida de peso bastante similar siguiendo una dieta cetogénica que si se sigue una no-cetogénica. Entonces, ¿Dónde está la clave?
Los cuerpos cetónicos moviéndose por el organismo favorecen la disminución del apetito. Además, las proteínas y las grasas tienen un importante efecto saciante. La suma de estos factores se traduce en que comeremos menos que siguiendo una dieta no-cetogénica mal organizada y por tanto, la pérdida de peso sí será mayor.
Primera conclusión: Sí, las dietas keto adelgazan, ¡y bastante!
Una de las razones es que, como adelantábamos en el primer apartado, la síntesis de cuerpos cetónicos se produce tras agotar las reservas de glucógeno. Al consumir estos depósitos de glucógeno estaremos perdiendo el agua asociado a dicho compuesto (necesario para su almacenamiento). Esta importante pérdida de agua corporal también se notará en la báscula y daremos saltos de alegría pensando que hemos perdido mucho más peso del que en realidad hemos perdido. Pero recuerda, es agua, por lo que esta pérdida de peso será temporal y en cuanto se restablezcan los depósitos de glucógeno, volverá de nuevo.
Segundo punto: Aunque las dietas cetogénicas se vienen empleando desde hace décadas con el fin de perder peso, también es verdad que pueden producir múltiples efectos negativos en la salud del individuo, ya que por lo general, son deficitarias en vitaminas, minerales, fibra... y, por supuesto, hidratos de carbono. Por lo que no son dietas para nada recomendables en el ámbito sanitario (excepto en caso de pacientes con epilepsia donde se usa una dieta cetogénica controlada como parte del tratamiento).
Suelen producir frecuentes episodios de estreñimiento, la necesidad de recurrir a algún tipo de suplemento, halitosis, cansancio y fatiga casi constante y un posible descenso en la capacidad de atención. Parece que las características de dieta saludable, equilibrada y natural se nos están yendo a pique a pasos agigantados.
Además, si se padece algún problema metabólico que dificulte la expulsión de estos cuerpos cetónicos, el individuo pasará del estado de cetosis al de cetoacidosis. Este estado metabólico puede desencadenar grandes problemas de salud, y en última instancia, fallos serios en el organismo. Pero tampoco seamos alarmistas, esto no es para nada común, ¡pero ahí está!
Conclusión final: Aunque la oferta que nos propone este tipo de dietas de cara a perder peso es bastante tentadora, cada persona debería poner en orden sus prioridades y decidir si vale la pena someter a su organismo a una situación de cetosis constante y a una alimentación desorganizada y carencial con un futuro bastante incierto debido a su mala adherencia, con el único fin de perder peso un poco más rápido a la espera de un (muy probable) efecto rebote.
Personalmente, no considero que sea la mejor alternativa (o al menos, no la más aconsejable) para perder peso de forma definitiva y saludable. Y no sólo lo digo yo, la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas ha dedicado estas bonitas palabras a una de las dietas cetogénicas con más seguidores alrededor del Planeta, la famosísima dieta Dukan: “ineficaz, fraudulenta y potencialmente peligrosa”.
Discreparía en lo de “ineficaz” si tu objetivo es perder peso a cualquier precio y a corto plazo, ya que si es lo que buscas, las dietas cetogénicas son tu dieta.
Me gustaría compartir con vosotros una frase que uno de mis profesores de nutrición expuso en una de sus clases y se puede aplicar a cualquier dieta agresiva, no necesariamente a éstas: “Cortarse un brazo también es una forma de perder peso rápido, sin pasar hambre y sin efecto rebote, pero te recomiendo que pienses en las consecuencias antes de hacerlo.” A mí al menos, me hizo pensar un rato.
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