Conoce el té matcha: La nueva tendencia saludable

A día de hoy, lo más habitual en occidente sigue siendo consumir el té en infusión. Sin embargo, existe un tipo de té verde en polvo cada vez más utilizado en cocina, cuya preparación (si queremos consumirlo sólo) consiste principalmente en diluirlo, por lo que al no eliminar las hojas de té, nos estaremos beneficiando de todas sus propiedades.

Hablamos del té matcha, la última de las tendencia saludable fomentada en parte por el “postureo” en las redes sociales, que está ganando adeptos a velocidades vertiginosas. 
Hay dos cosas claras: La primera es que cada día está más de moda cuidarse, la vida healthy y los hábitos saludables; la segunda, que las fotos practicando yoga o con platos super-sanos son una fuente de likes asegurados.
Por tanto, mi reflexión diaria es la siguiente: Si todo ésto ayuda a que la gente mejore sus hábitos y se esmere en cuidarse, aunque sólo sea por ganar unos cuantos seguidores… ¡Bienvenido sea el postureo!

Pero centrémonos en el tema que nos ocupa.
Estoy segura de que sois muchos los que habéis oído hablar del té matcha en alguna conversación últimamente, y habéis mirado en otra dirección pensando: “a mí que no me pregunten, que no tengo ni idea de qué es eso”.
Si perteneces a este grupo, o simplemente quieres saber más sobre él, ¡sigue leyendo!

¿Qué es el té matcha?

El matcha, también conocido como “té frotado”, es un té verde molido de procedencia japonesa, empleado en la ceremonia del té.

Tras someter las hojas enteras a un proceso especial de cultivo, recolección y secado, se muele hasta conseguir un polvo ligero de color verde intenso y textura suave al tacto.

El dato más sorprendente, y que está convenciendo a medio Mundo, es que una taza de té matcha aporta los beneficios (y nutrientes) de 10 tazas de té verde infusionado convencionalmente.

Para su consumo, se disuelve poco a poco este té en polvo. Al consumirlo por completo, y no sólo la sustancia que libera al infusionar, nos proporcionará una buena dosis de energía, vitaminas, minerales y proteína, lo que lo hace ideal para deportistas y personas activas, ya que puede ayudar a mejorar su resistencia física.

La proporción de proteína puede alcanzar hasta el 20% de su contenido seco, mientras que en infusión sólo se encuentra a nivel de trazas.

Además de las catequinas, compuestos con fuerte capacidad antioxidante, predomina en su composición el aminoácido teanina, responsable de su sabor característico y al que se le atribuyen propiedades psicoactivas estimulantes, con efecto reductor en la tensión tanto física como mental, mejora de las funciones cognitivas, el humor y junto a la cafeína (también presente), impulsa el estado de alerta.

A este producto también se le otorgan propiedades como:

• Ayudar a controlar el nivel de azúcar en sangre
• Fomentar la pérdida de peso
• Reducir la posibilidad de sufrir una enfermedad cardíaca
• Ayudar a luchar contra la osteoporosis (por su contenido en catequinas)
• Incluso, se le atribuyen beneficios en la prevención del cáncer. Este dato aún no cuenta con estudios concluyentes, aunque sí se han observado beneficios significativos relacionados.

Enamórate de su sabor “umami”

Ésta afirmación quizás sea muy arriesgada, ya que el sabor del matcha normalmente no deja a nadie indiferente. ¡Lo amas o lo odias!

Pero, alguien se está preguntando ¿qué es el sabor “umami”? Conocemos el dulce, el salado, el amargo y el ácido, pero ¿Qué es eso del “umami”?

Pretendía dedicarle todo un post, pero dado que surgió el tema lo resumiremos en que el término “umami” se define como “sabor delicioso” o sabroso.

Lo encontramos en algunos alimentos como el queso parmesano, el tomate, o como hemos visto, en el té matcha.

¿Té o café? Esa es la cuestión

Como amante incondicional del café, me duele reconocer los siguientes datos.
A diferencia del café, que suele producir una sensación de nerviosismo temporal, e incluso ansiedad, podríamos decir que el efecto que nos producen los tés más estimulantes (negro, rojo, matcha) es una especie de “alerta en calma”, que nos mantiene atentos pero no inquietos.

Además, el efecto del té es más duradero. Supongo que a todos os ha pasado que tras tomar café os encontráis muy activos e impacientes, pero al rato, en ocasiones, aparece una especie de “bajón” o cansandio inesperado. Es todo muy extremo, de cero a cien y de cien a cero en poco tiempo.

Por tanto, el matcha puede ser la clave en épocas de exámenes o de trabajos que requieren gran concentración, ya que se libera energía de forma constante y limitada durante todo el día, nos ayuda a mantener la calma y a centrarnos mejor.

Sé que te mueres por probarlo ¿Dónde podemos encontrarlo?

Se puede conseguir en tiendas especializadas o en algunos supermercados y su precio es relativamente caro si consumimos los productos de mejor calidad.
De todos modos, a no ser que seas un fanático del té, te recomendaría que lo pruebes antes de intentar prepararlo en casa, ya que de este modo tendrás una referencia de la consistencia y textura que debes alcanzar, y sobre todo y lo más importante, ¡Sabras si te gusta!, porque como ya hemos comentado en apartados anteriores, el matcha no deja a nadie indiferente.
Lo encontrarás cada día en más cafeterías, sobre todas en las estilo “bio”.

¿Cómo prepararlo?

El matcha colado lo guardamos en un recipiente llamado “chaki”.
En el momento de la preparación, tomamos una o dos medidas (dependiendo de la intensidad deseada) de matcha con una cucharilla de bambú especial llamada chashaku y se deposita en el cuento del té (chawan).
Se añade un poquito de agua, con una temperatura aproximada de 85ºC y la agitamos con el chasen (brocha de bambú) aumentando poco a poco la velocidad, hasta conseguir una consistencia cremosa con espuma en la superficie.

¿Algo que objetar?

El té matcha se considera generalmente seguro. El problema, como con todo en esta vida, puede venir cuando se consume en exceso. Pero no nos alarmemos, ya que hasta el agua en exceso puede tener efectos negativos.

A pesar de que el contenido en cafeína es menor que en el café y otras infusiones, cantidades muy altas de esta sustancia pueden producir irritabilidad, insomnio, palpitaciones y mareos.

En exceso, también puede reducir la absorción de hierro de los alimentos o producir estreñimiento.

Pero repito, ¡estamos hablando de dosis fuera de lo habitual!

De todos modos, no debería consumirse en caso de padecer alguna enfermedad cardíaca, renal o úlcera gástrica.

Aún poniéndonos en lo peor, el balance riesgos-beneficios se decanta claramente a favor de los segundos.

¿Estás preparado para probarlo?