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Aunque para muchos todavía es un producto desconocido, en la actualidad está abriéndose camino a pasos agigantados en el comercio español.
La espirulina es una microalga filamentosa de tonos verde-azulados a la que se le atribuyen múltiples propiedades beneficiosas para la salud.
Al crecer en el agua, es fácil de cosechar y procesar, por lo que en muchos países de África y Asia ya lo utilizan para combatir la hambruna. Incluso la NASA lo empleó con éxito como alimento para los astronautas en misiones espaciales.
Generalmente se suministra en polvo o en comprimidos y su precio en el mercado no es especialmente barato.
¡Cada temporada toca uno diferente! Siguiendo los pasos de las semillas de chía , o la quinua, el 2017 seguramente será recordado como “el año de la espirulina”.
Este alga pertenece a la familia de las cianofíceas y su aspecto se debe, por un lado a la clorofila, que le aporta el tono verde y por otro lado, a la ficocianina, que le infiere el matiz azulado.
Actualmente, se conocen unas quince especies diferentes y, de entre ellas, es la llamada Arthrospira platensis la más conocida y estudiada.
En lo que se refiere a su producción y comercialización en nuestro país, es 100 % nacional.
Las propiedades nutricionales de este alga son dignas de mención, por ejemplo, su contenido en proteínas, que está entorno al 60 o 75 %, de ahí el interés emergente entre algunos veganos y vegetarianos, que buscan completar sus necesidades nutricionales.
En cuanto a sus micronutrientes, tienen vitaminas A, D, E, y varias del complejo B y minerales como hierro, zinc, calcio, magnesio, potasio o ácido fólico.
En lo que respecta a sus propiedades, los grandes defensores de este alga destacan los siguientes:
Se le considera un suplemento inocuo y seguro, siempre que se consuma en dosis adecuadas, pero es muy importante confirmar su origen al adquirirlo.
No obstante, se han registrado algunos casos en los que, el consumo de espirulina en grandes cantidades produce sed, fiebre, ligeros mareos o malestar, dolor de estómago y erupción leve en la piel. Como siempre, las grandes cantidades no son buenas de nada.
En los casos de hipotiroidismo o hipertiroidismo sí que se recomienda consultar al profesional que lleve tu caso antes de tomar este alga, principalmente porque su contenido en yodo podría afectar al funcionamiento de esta glándula (aunque sea poco). También las mujeres embarazadas y los niños deberían tomarla solo bajo supervisión médica.
Son muchas las ventajas que se “le atribuyen” a este suplemento alimenticio, pero la mayoría aún no están científicamente demostradas, por lo que deberían hacerse más estudios antes de proclamar a los cuatro vientos todas sus supuestas virtudes.
Algo que sí es verídico, es su alta proporción de proteínas y minerales, pero podríamos conseguir estas mismas cantidades utilizando alimentos de consumo habitual, y por qué no decirlo, mucho más baratos.
No debemos intentar “arreglar” una mala dieta a base de suplementos. Además, siempre que se introduce un nuevo elemento en la dieta debe ir acompañado de una justificación. Es decir, consumir espirulina podría resultar interesante en épocas concretas, pero no creo que sea adecuado consumirla por inercia. Hablamos de momentos de estrés extra, intentar paliar en cierta medida la astenia primaveral o como complemento en dietas muy estrictas de adelgazamiento.
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