El Peso Justo
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A la hora de tratar de adelgazar son habituales los errores a la hora de seguir dietas, comiendo demasiado en alguna comida o por acabar ingiriendo alimentos que se deben evitar. Una vez cometido un error, muchas personas ven flaquear su fuerza de voluntad y tienden a abandonar las dietas.
De cara a completar con éxito una dieta, es imprescindible ejercitar la fuerza de voluntad y la motivación. En ello influyen tanto algunos factores orgánicos como otros que tienen que ver con los hábitos de la persona. La motivación ayuda a evitar la sobrealimentación, a seleccionar los alimentos adecuados y resistir con menor esfuerzo toda tentación.
Sentirse motivado es esencial para desempeñar cualquier actividad, más aún a la hora de seguir una dieta para perder peso. Siguiendo estos consejos, mantener alta la moral será más fácil:
La motivación tiene mucho que ver con el azúcar en sangre. Como los músculos, el cerebro necesita glucosa para funcionar al máximo nivel. Mantener alto el nivel de glucosa en la sangre sirve para mejorar la motivación, pero debe venir acompañado de otros nutrientes, como los presentes en las frutas, la mayoría de las verduras, los productos lácteos y los granos integrales. Hay que evitar, de todos modos, toda dieta extrema con muy pocas calorías. Si no se mantiene la fuerza de voluntad, es más fácil caer en el abandono de la dieta.
Las recompensas en las dietas pueden ser favorables a la hora de mantener la motivación, produciendo además la sensación reconfortante de ver cumplidos objetivos. Pero puede convertirse en un arma de doble filo. Especialmente al finalizar rutinas de ejercicio físico, el organismo humano siente la necesidad de verse recompensado con más alimentación de cualquier tipo. Es importante mantenerse fiel a la dieta, aunque la mente se sienta más flexible a las tentaciones tras un gran consumo de calorías.
Seguir un régimen para adelgazar requiere de mantener la mente enfocada en el objetivo, y no desfallecer en ningún momento. Para ello, es mejor evitar la exposición a las tentaciones, retirando del entorno todo alimento perjudicial a la hora de la pérdida de peso. Por ejemplo, los bollos dulces, las salsas y aperitivos y alimentos procesados.
Proyectando en los alimentos la idea de que aportan más calorías de las verdaderas, es posible aumentar la fuerza de voluntad. En este caso, la ignorancia es un grado, por ejemplo, si se considera que un donut aportaría 700 calorías en lugar de las 400 calorías reales. Esta sobrevaloración contribuye a evitar todo alimento perjudicial en la dieta.
Está comprobado que las personas que pueden posponer la ingesta de ciertos alimentos desarrollan una mayor fuerza de voluntad a la hora de evitar ciertos alimentos. Es decir, la voluntad para adelgazar puede entrenarse. Cuantos más alimentos indebidos se eliminan o se posponen a la hora de comer, más sencillo acaba resultando olvidarse de ellos por completo. De esta manera, y de una manera que acaba siendo inapreciable, dichos alimentos desaparecen de la mente y, por tanto, de la dieta.
Siguiendo estos sencillos consejos, mantener la moral alta para adelgazar será más fácil, y el objetivo de la dieta estará más próximo a completarse.
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