El Peso Justo
tu blog para sentirte bien
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Poco a poco empieza a llegar el buen tiempo y a media tarde empieza a apetecer más un buen batido de frutas bien cargado de hielo (o de verduras a los que somos más raritos) que un chocolate con churros o un café con leche caliente. (Estoy preparada para el comentario de “Pues yo prefiero el chocolate”, ¡MAL!).
Con las fresas, los nísperos y los espárragos verdes en pleno apogeo y las naranjas, pomelos y berenjenas con su temporada estrella dando los últimos coletazos, es el momento idóneo para obtener todos sus beneficios en forma de batidos refrescantes.
O “la manera perfecta de engañar a nuestro cerebro”. Ideal para esos días en los que el cuerpo te pide a voces chocolate, dulces y calorías vacías de cualquier índole.
Es una forma saludable de darnos un capricho sin que lo note el pantalón, ya que este batido tiene muy poquitas calorías, pero su sabor, textura y color harán que desaparezca nuestro antojo indomable de “gorduras”.
Lavar concienzudamente las fresas, quitarles el rabillo (obvio) y batirlas junto con los lácteos.
Corregir la densidad con más leche o más fruta hasta obtener la textura deseada.
Probar y decidir si queremos edulcorarlo con un poquito de Stevia. Yo que soy muy fan del dulce siempre acabo añadiendo una pizca, pero entiendo que para mucha gente tendrá una dulzura adecuada.
Recomiendo añadirle hielo, en cubitos o picado y decorar finalmente con una fresa y una hoja de menta.
Verás que cara se les queda a tus amigos después de merendar cuando les digas que les has preparado un batido de menos de 200 calorías (unas 180 para ser más exactos).
¡Mi favorito con diferencia!. Desde que lo descubrí es rara la semana que no acaba cayendo uno. ¡Recomendación de la casa!
Empezamos infusionando cinco minutos el té blanco en agua caliente (sin que llegue a hervir). Posteriormente lo colamos y dejamos enfriar.
Lavamos bien las fresas, pelamos y quitamos las semillas al pomelo y exprimimos un limón hasta obtener una cucharada.
Batimos todos los ingredientes anteriormente mencionados hasta conseguir la consistencia deseada.
Añadimos Stevia u otro edulcorante al gusto (en este caso lo veo más necesario que en el primer batido, pero como siempre “para gustos, los colores”).
Antes de añadirle el hielo puedes colarlo, pero recuerda que estarás perdiendo buena parte de la fibra.
Para terminar, a mi me encanta añadirle un par de hojitas de menta a remojo en el momento de la presentación, le dará un toque más refrescante.
Quizás sea el que requiere una mayor elaboración, pero el resultado vale la pena.
En uno de nuestros próximos post trataremos sobre los beneficios atribuidos a las semillas de chía, ¡estáte atento! pero por ahora quédate con que su consumo tiene verdaderas ventajas.
Dejamos las semillas un par de horas hidratarse en la leche de soja.
Cocinamos la berenjena entera en agua hirviendo. Posteriormente, la cortamos a la mitad y extraemos la pulpa.
Exprimimos el limón.
Añadimos todos los ingredientes al vaso y batimos hasta conseguir la consistencia deseada.
Como siempre, probamos y añadimos edulcorante al gusto. Para mi gusto, podría prescindirse del mismo en este caso.
Para terminar, añadimos el hielo y ¡A disfrutar!
Y del más complejo pasamos al que posiblemente sea el más fácil de realizar de éste post.
Es uno de esos batidos que o lo amas, o lo odias. Posiblemente si no eres de los que come por los ojos te acabará gustando, pero sí es verdad que su aspecto no es de lo más apetecible.
Aporta un montón de vitaminas, minerales y fibra, además de muy pocas calorías.
Lo único que hay que hacer es añadir todos los ingredientes bien limpios a la batidora y... ¡batir!.
Es muy posible que tengas que incorporar agua para conseguir una buena textura.
Si no estás acostumbrado a este tipo de batidos, otra recomendación es colarlo antes de consumirlo. Aunque estaremos perdiendo buena parte de la fibra y algunos nutrientes, es mejor que seamos capaces de consumirlo asiduamente colado a intentar probarlo y no ser capaces de terminarlo.
Puede ser interesante intentar edulcorarlo un poquito. No lo he probado, pero si alguien se atreve, que comparta la experiencia.
Como sé que la mayoría sois más de batidos de fruta que de verdura, acabamos con esta buenísima opción.
La temporada del níspero es muy breve, principalmente entre Abril y Mayo, por lo que éste es el momento idóneo para añadirlo en buena parte de nuestros postres, batidos y hasta en la sopa (bueno vale, tampoco nos pasemos).
Añadimos el zumo de naranja para darle un toque ácido a nuestro jugo y las almendras para aportarle una pequeña porción de grasas saludables, además de un sabor característico.
Para empezar debemos exprimir la naranja. Deshuesamos y pelamos los nísperos.
Batimos todos los ingredientes y ... ¡ya estaría!. Como podéis ver, también es super fácil.
¿Se os ocurre alguna mejora para estos batidos? ¿Os atrevéis a probarlos todos?
Os recomendaría que estuvieses atentos, ya que El Peso Justo está preparando algo que sé que os resultará muy interesante relacionado con este tipo de batidos.
Y hasta aquí puedo leer ... 😈
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