El Peso Justo
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Solemos recomendar un consumo de verduras y frutas frecuente. Según la OMS, debemos consumir 5 raciones al día, y aunque son necesarios para mantenernos saludables y en perfectas condiciones, ¿qué sucede si además consumimos suplementos de vitaminas?
Obviamente, a través de la alimentación, es poco probable que estemos consumiendo exceso de vitaminas, pues la mayor parte de los alimentos las contienen en baja cantidad, incluso aquellos que se consideran buena fuente de las mismas. El problema viene cuando tomamos vitaminas en forma de suplementos, que sí en casos es muy necesario (sobretodo si no consumimos muchos vegetales o tenemos alguna circunstancia especial como estrés u otras enfermedades), pero a veces las tomamos y sin prestar atención a cuánta cantidad de cada vitamina nos aporta ese suplemento y cuánto necesitamos diariamente.
Primeramente, hay que diferenciar en distintos tipos de vitaminas. Hay vitaminas que son hidrosolubles, que se disuelven en agua, y las liposolubles que se disuelven en grasa. Esto, es importante, pues, es más probable que podamos intoxicarnos con las vitaminas liposolubles que las hidrosolubles, debido a que las primeras se acumulan en nuestra grasa y las otras, se eliminan por los riñones. Pero, aunque pueda parecer inofensivas, estas últimas también tienen consecuencias si se toman en exceso.
La dosis diaria máxima está fijada en 2.000 miligramos por día. Un consumo excesivo de esta vitamina puede causar malestar, vomitos, dolor de estómago, diarrea, dolor de cabeza e insomnio.
Esta vitamina es imprescindible en épocas de crecimiento, pero un consumo en exceso puede producir deficiencia de hierro, neuropatía, problemas en la piel como la seborrea y similares.
La biotina es encargada de mediar en el metabolismo y mantener la salud de nuestro cabello y uñas. En exceso puede producir acné, alergias y problemas en el sistema digestivo.
Ayuda a la regeneración de tejidos y formación de glóbulos rojos. El exceso de esta vitamina puede producir, problemas en la piel, desórdenes gástricos, dolores de cabeza y pérdida de memoria, problemas para conciliar el sueño, nerviosismo y paralización de distintos músculos.
Aunque esta vitamina nos aporta muchos beneficios, un pequeño exceso puede provocarnos vomitos, diarrea, pérdida de apetito, problemas del sistema nervioso, disminución de la densidad del cabello y daños en el hígado debido a que se acumula en este. En dosis más altas puede aumentar la probabilidad del cáncer de pulmón. El límite diario se considera 3000 miligramos. El consumo excesivo en poco tiempo puede provocar la muerte.
La vitamina D es imprescindible para que se fije el calcio y el fósforo en el cuerpo, además participa en el buen funcionamiento del sistema nervioso. Esta vitamina consumida en exceso puede producir exceso de calcio en la orina y la sangre produciendo depósitos del mismo en tejidos blandos, daños renales y cardiovasculares irreversibles.
La función que tiene es una función antihemorrágica y de coagulación de la sangre. Una intoxicación de ella, es poco frecuente, pero si se da puede aumentar la bilirrubina, que puede dañar el hígado, y producir anemia entre otras.
Tiene gran capacidad antioxidante. Es la menos tóxica de las liposolubles y se sugiere que en dosis altas tiene beneficios pero también se han encontrado que podría dañar los huesos.
Sabiendo todo esto, nosotros recomendamos observar los suplementos que tomamos, que nunca estén compuestos con más del 50% de la cantidad diaria recomendada de cada compuesto, como en el caso de este suplemento de zinc,coencima Q10 y vitamina C, en el que todos no superan el 50 % de lo recomendado, u este otro suplemento vitamínico, especial para el cansancio. Además tenemos que tomarlos siempre con conocimiento y sin superar la cantidad que no manda el fabricante.
¿Qué te han parecido los problemas que pueden causarnos un exceso de vitaminas? ¿Tomas suplementos habitualmente? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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