¿Por qué no ves resultados a pesar de llevar 3 semanas en el gimnasio?

Practicar deporte es una gran idea para adelgazar. Si además se sigue una dieta sana y a medida del gasto calórico y se bebe suficiente agua, se deberían estar viendo ya los primeros resultados. Damos pistas sobre cómo conseguir el efecto deseado con el entrenamiento.

10 razones de por qué vas al gimnasio y no ves resultados

1. No se ha elegido el plan adecuado

Si no has especificado las zonas de tu cuerpo que deseas moldear, la cantidad de grasa que deseas perder o cuánto músculo ganar, es muy difícil que estés siguiendo el plan adecuado. Si te concentras en uno o varios objetivos concretos, en menos de un mes obtendrás resultados visibles.

2. Paras cuando se está cansado o se tienen agujetas

Uno de los errores más frecuentes es parar cuando la persona empieza a sentirse cansada. Solo es necesario parar si se tiene una lesión, si crees que es así consulta a un profesional. Pero es normal que, al principio, ciertos ejercicios te cuesten.

3. No se está realizando suficiente ejercicio

Por el contrario, si no se nota que la zona a entrenar se calienta, ni el ritmo cardiaco y respiratorio acelera notoriamente, se atesora una gran capacidad física, pero probablemente no se ha ejercitado suficiente. Quizá se deba consultar y elegir un programa más ambicioso de acuerdo con cada capacidad.

4. Solo se hace deporte en el gimnasio

Aunque hemos dicho que la persona ha de concentrarse en un solo objetivo, los extras en la vida diaria son grandes aliados que ayudan a quemar más grasas y mantenerse ágil y motivado.

5. La persona solo se ciñe a una rutina

Si se ha seguido el primer apartado a rajatabla, también es posible que la rutina elegida no es la adecuada. La persona ha de probar con otros ejercicios o con otro deporte, o simplemente se añaden a la rutina. Se ha de tener paciencia: en estos objetivos tan concretos y ambiciosos, algunas personas no ven resultados hasta pasados dos meses.

6. La persona come demasiado después del gimnasio

Es normal que se tenga mucha más hambre. Pero eso no significa que se coma mucho más. El gasto energético envía una señal a tu cerebro que causa hambre, y esta señal continúa aunque aún se esté comiendo. Sin embargo, el hambre desaparece veinte minutos después de comenzar a ingerir algún alimento. Se ha de comer más lentamente, masticando a conciencia, o tomando un zumo o batido después de hacer ejercicio.  

7. No se es realista

Como hemos dicho, ciertos objetivos pueden tardar unos dos meses en conseguirse. Por otra parte, la constitución puede hacer que algunos efectos sean menos notorios. La persona ha de ser realista y potenciar aquellos objetivos que se adapten a su naturaleza.

8. No se descansa lo suficiente

Normalmente, hay que descansar los músculos en los que la persona se ha centrado al menos un día a la semana. Si se es muy activo, la persona puede practicar otro deporte muy distinto ese día.

9. Tienes alguna intolerancia alimentaria o problema metabólico

Algunos alimentos, como los productos integrales, los frutos secos o los lácteos, aunque sean muy sanos, causan pequeños síntomas como inflamación, agotamiento o dolores. La persona ha de informarse de los síntomas de las intolerancias alimentarias y probar a suprimir el nutriente que la provoque.

10. Las toxinas

El tabaco, el alcohol, la contaminación ambiental, los medicamentos, el mercurio en el pescado, etc. generan toxinas que se almacenan en las células grasas, de manera que entonces éstas son más difíciles de quemarse. Se puede seguir una dieta depurativa, ir a una sauna desintoxicante, etc. y evitar estas toxinas.

Por eso, la persona no ha de abandonar el gimnasio antes de ver los resultados,