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Los superalimentos reciben esta denominación por su contenido de nutrientes. Han sido utilizados desde hace mucho tiempo por los pueblos indígenas y poseen propiedades sorprendentes para la salud. De hecho, su composición también los hace apropiados en los regímenes para adelgazar.
Se caracterizan por contener nutrientes en una alta densidad y en su mayoría son productos de origen vegetal, aunque esta definición también incluye a algunos pescados.
Tienen en común que no son procesados en ninguna forma y que no contienen aditivos ni grasas perjudiciales. Algunos son muy conocidos, como las alcachofas o el aceite de oliva, mientras que otros como la chía o el reishi están siendo progresivamente incorporados a nuestras dietas.
El hecho de que se estimen importantes para una adecuada nutrición, no es óbice para que una dieta saludable sea muy variada, basada en alimentos naturales y a ser posible, de proximidad.
Existen diversos superalimentos. Atendiendo a su origen se clasifican en hierbas y especias, nueces y frutas, semillas, cereales, vegetales verdes y superalimentos de origen marino.
Incorporarlos al menú semanal es un inteligente modo de asegurar una nutrición completa. Al no contener grasas perjudiciales resultan ideales para perder peso.
Es un fruto de pequeño tamaño, procedente del Amazonas, que se consume en forma de polvo. Es rico en ácidos grasos 3, 6 y 9 y en antioxidantes. Estimula el impulso sexual y tiene beneficios para el sistema inmune, por lo que protege contra el cáncer.
Utilizado en China desde hace más de 4.000 años, se le conoce como "la seta de la esperanza". Su propiedad más conocida es el incremento en la eficacia de las células T, un tipo de linfocitos involucrados en la inhibición de las células cancerígenas.
Adicionalmente, este hongo contiene una compleja suma de componentes, entre los que destacan los triterpenos, sustancias con actividad antiagregante plaquetaria, protectora hepática, antihistamínica y antihipertensiva.
Entre los minerales que aporta se encuentran el hierro, el manganeso, el calcio y el germanio. Contiene, además, todos los aminoácidos esenciales y vitaminas del grupo B. ¡Compra aquí tu reishi!
Es una variante del maíz tradicional, muy utilizada por antiguos pueblos americanos. Su color proviene de compuestos llamados antocianinas, con potente efecto sobre los radicales libres.
Por este efecto, protege los tejidos de los procesos degenerativos que causan cáncer y envejecimiento. Favorece la agudeza visual y la regeneración de los tejidos que forman los vasos sanguíneos.
Procedentes del Himalaya, son parecidas a una pasa de color rojo. Aportan ocho aminoácidos esenciales y estimulan el sistema inmune. Contienen ácido linoleico, que estimula la movilización de la grasa corporal.
También aportan altas concentraciones de vitaminas del grupo B, de antioxidantes carotenoides y licopeno, que protegen las arterias coronarias del estrés oxidativo.
Es un alga unicelular que se consume en polvo y es el alimento con mayor contenido de clorofila que existe. Esta sustancia tiene efecto depurativo y con ello moviliza las toxinas del organismo. Además, forma complejos moleculares con los compuestos tóxicos en la luz intestinal impidiendo su absorción a través de la mucosa.
Así mismo, contiene proteínas en un 58 % cuando se consume como extracto seco, y aporta hierro y zinc.
Se trata de unas bayas pequeñas, de exquisito sabor y color azul. Son particularmente ricas en antioxidantes, debido al efecto de los ácidos orgánicos y de 15 antocianinas, compuestos a los que las bayas deben su color.
A su vez, contienen taninos y flavonoides como el resveratrol, que posee un efecto anticancerígeno. Entre sus aportes nutricionales sobresalen los aminoácidos esenciales, la vitamina C y el manganeso.
En definitiva, incorporando estos alimentos al menú semanal, en distintas combinaciones y preparaciones, resulta sencillo y apetecible bajar de peso mientras preservamos nuestra nutrición. ¿Alguna preferencia?
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