El Peso Justo
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En más de una ocasión, nos planteamos adelgazar pero no conseguimos los resultados pretendidos. Esto puede deberse a que estemos realizando mal alguna de las acciones de nuestro día a día y eso nos impide conseguir bajar los kilos que nos proponemos.
En este artículo, te mostramos 10 hábitos que puedes tener incorporados en tu día a día y que es posible estén dificultando que alcances tu propósito de bajar de peso.
La dieta, los excesos, los engaños en el etiquetado de productos, la genética, las hormonas o tu flora intestinal son algunas de las razones que te están impidiendo lograr lo que te propones.
Si eres de los que se plantean adelgazar sin recurrir al deporte, probablemente no lo consigas. Para bajar de peso es fundamental conseguir un déficit calórico, es decir, que el balance al final del día sea de más calorías quemadas que consumidas.
Para ello, tu mejor aliado es el ejercicio físico. Opta por un deporte sencillo al principio (caminar, nadar, andar en bicicleta) y ve incrementando la intensidad con el tiempo.
A veces, tras realizar deporte o si nos sentimos cansados, optamos por comer barritas energéticas. Y es que las barritas contienen una gran cantidad de calorías en una mínima porción (de ahí el nombre de energéticas). Lo mejor es que las elimines de tu dieta y te olvides de ellas para siempre.
Al comenzar una dieta, solemos cortar de raíz con todo tipo de carbohidratos y grasas. Esto genera estrés en nuestro organismo propiciando el cambio en el metabolismo.
Lo recomendable, aunque los resultados no sean tan inmediatos (pero sí más duraderos), es decantarse por consumir carbohidratos de calidad y grasas saludables. Eso sí, procurando reducir las porciones de los mismos, ya que son bastante calóricos.
Cuando pretendemos adelgazar, seleccionamos opciones light o con 0 % azúcares o grasas añadidas. Al pensar que estos son más saludables, los ingerimos en mayores proporciones sin ser conscientes realmente de lo que contienen.
Estos alimentos suelen reducir el contenido en grasas o azúcares, pero no siempre lo eliminan por completo. Además, para sustituir a grasas y azúcares, en algunas ocasiones recurren a otros nutrientes que tampoco nos van a ayudar a bajar de peso. Por ello, se recomienda que aunque el etiquetado sea este, no abuses de ellos.
Este es probablemente uno de los puntos determinantes para mejorar una dieta. Aunque optemos por alimentos saludables, las porciones de los mismos deben ser tenidas en cuenta. Por ejemplo, los frutos secos tienen nutrientes de calidad como grasas saludables y proteínas. No obstante, son muy calóricos. La diferencia entre ingerir 5 nueces o 20 nueces al día se traduce en un buen puñado de calorías adicionales.
Por eso, te recomendamos que te fijes en tus porciones y que procures disminuirlas. Un truco sencillo y que no te supondrá apenas cambios es modificar el tamaño de los platos. Utiliza una vajilla de menor tamaño u opta por los platos de postre para servir los principales.
Si hemos llevado un control de dieta y ejercicio de lunes a viernes, creemos que el fin de semana nos hemos ganado el premio de comer y beber tanto como queramos. Esto no es así y los excesos del fin de semana pueden neutralizar tu propósito de adelgazar.
De hecho, la ingesta de alcohol supone calorías vacías que se transforman fácilmente en grasa. Combinado con alimentos poco saludables puede conllevar que el esfuerzo de la semana no haya valido para nada.
Los zumos y batidos industriales tienen una gran cantidad de azúcares añadidos y en un pequeño vaso podemos estar ingiriendo un exceso calórico. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que los zumos naturales tienen azúcares libres, que permanecen disueltos al tiempo que eliminamos la matriz de la fruta, donde residen la fibra y buena parte de las vitaminas.
Los microorganismos de nuestra flora intestinal tienen mucho que ver con nuestra digestión de los alimentos. Se ha comprobado que tener una mayor flora hace que la persona sea más delgada.
El truco para conseguir aumentar la diversidad de esta es ingerir alimentos ricos en fibra.
El estrés puede producir cambios en nuestras hormonas, que también se encargan de regular el apetito. Por ello, llevar una vida más tranquila evitando los contratiempos es esencial para conseguir bajar de peso.
La genética también juega un papel relevante y es que hay hasta 100 genes que determinan nuestra condición para ser más o menos delgados. No obstante, lo mejor es evitar pensar en este factor, puesto que es únicamente uno de los diez.
Como ves, si consigues acabar con estos 10 hábitos perjudiciales en tu rutina para adelgazar, es muy probable que aprecies resultados rápido. Te recomendamos que los mantengas en el tiempo y que no vuelvas a estas prácticas aunque consigas bajar de peso. ¿Preparado para ponerlo en práctica?
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