El Peso Justo
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No me toméis por loca pero ¡me encanta el chocolate!. En realidad, apostaría que para la mayoría de vosotros también tiene un efecto hipnótico y que muchos no perdonáis pasar un día sin una dosis de este dulce pecado. El caso es que hoy en día la “adicción al chocolate” es una realidad. No sabemos si está producida por la importante cantidad de azúcar que aporta, si de verdad su sabor puede hacernos perder la cabeza o si parte de la culpa la tiene que lo hayamos clasificado como “alimento prohibido en las dietas", y que debido al clásico "deseo de lo prohibido" no nos podamos resistir si alguien nos ofrecen una onza.
Según el Código Alimentario Español, el chocolate es una “mezcla homogénea de cacao en polvo y azúcar pulverizada, con o sin manteca de cacao”, que debe contener un porcentaje de cacao igual o superior al 35%.
Si os pregunto en qué se diferencia el chocolate negro del chocolate con avellanas o del chocolate con naranja, me diréis “¡Que fácil! Uno lleva avellanas y otro naranja”.
No esperéis que os dé un premio por acertarlo...
Pero si os pregunto qué diferencias hay entre la composición del chocolate negro y del blanco, seguro que más de uno se lleva la mano a la barbilla.
Entre los tipos de chocolate que nos encontramos en el mercado cabe destacar:
Como mínimo debe contener un 43% de cacao. Cuanto mayor sea este porcentaje, mayor será la amargura del producto y menor su proporción de azúcar.
Se elabora a partir de manteca de cacao, azúcar y sólidos de la leche. Lo incluimos en la lista de "tipos de chocolate" sólo por su nombre, ya que ni siquiera contiene el ingrediente básico del chocolate, el cacao.
Tampoco hace falta mucha imaginación para acertar su composición, ya que se consigue añadiendo leche a los ingredientes característicos del chocolate.
Derivados del chocolate, sólo o con leche, al que se le añade entre un 8 (5 en el caso de las frutas) y un 40% de estos productos. Las combinaciones más populares del chocolate con frutos secos suelen ser avellanas y almendras, pero también nos podemos encontrar chocolate con nueces o piñones. Por otra parte, las frutas que más acostumbrados estamos a encontrar acompañando al chocolate son la naranja, las fresas o los frutos del busque, aunque las opciones son casi infinitas.
Si echamos un vistazo rápido a la tabla (datos aportados por una famosa marca de chocolate) podemos observar:
- Primero, que es un producto verdaderamente calórico, por su alto contenido tanto en grasas como en hidratos de carbono.
- Segundo, las diferencias desde el punto de vista nutricional tampoco parecen tan relevantes como para estar dedicándole un post, ¿no crees?.
En el caso de las versiones con almendras y avellanas, el esquema tampoco varía mucho. De media, aportan unas 30 calorías más por cada 100 gramos de producto. Las cantidades de grasa y proteínas se ven ligeramente aumentadas, al mismo tiempo que disminuye (también de forma no muy significativa) la cantidad de ácidos grasos saturados y de hidratos de carbono en forma de azúcares.
Observemos otra tabla, la que se corresponde con la gama de chocolate sin azúcar añadido. El nombre incita a meterse media tableta de estos productos entre pecho y espalda sin sentir el más mínimo remordimiento de conciencia, pero si observamos su valor calórico podemos observar que las diferencias no son tan abrumadoras como esperábamos.
Teniendo en cuenta la gran cantidad de calorías que aportan todos ellos, no tendría sentido decantarse por uno u otro basándonos únicamente en la pequeña diferencia energética que existe entre ellos cuando hablamos de pequeñas cantidades de producto. El cuadro del perfil nutricional en este caso no ha podido dar respuesta a nuestra pregunta, así que el siguiente paso es echar un vistazo a las listas de ingredientes, a ver si ahí encontramos la clave.
¡Y efectivamente! Como podemos observar en esta última tabla, las diferencias entre estos productos son bastante más notables de las que sugerían los perfiles nutricionales.
¿A alguien le ha llamado la atención que el "chocolate puro" en realidad solo tiene un 52% de cacao y su ingrediente mayoritario es el azúcar? ¡Cuidado con las etiquetas!
Debido a su alto contenido en unas sustancias llamadas flavonoides, podemos apoyarnos en el "porcentaje mínimo de cacao" para elegir nuestra mejor opción, ya que a estos componentes se les atribuyen efectos beneficiosos para la salud cardiovascular por su marcado poder antioxidante, que previene el envejecimiento celular y los procesos degenerativos.
Por tanto, mi recomendación es que cuando quieras darte un capricho, optes por el chocolate negro y cuanto mayor porcentaje de cacao, ¡mejor! (aunque ésto implique mayor amargura).
No existe una ración de consumo recomendada, ya que el chocolate se incluye en el grupo de alimentos que toda la población debería consumir con MUCHA moderación y no sólo aquellas personas que intentan perder peso.
Aunque es difícil marcar un límite máximo de consumo, yo diría que hasta una onzita de chocolate negro al día para “quitar el mono” no hace daño a nadie e incluso puede resultar beneficioso.
Pero si eres de los que no es capaz de comerse sólo una onza, te recomiendo que directamente lo intentes eliminar de tu dieta ya que “las onzas diarias no son acumulables”. Lo digo por aquellos que diríais: “¡no pasa nada! Hoy me como media tableta y no compro más chocolate lo que resta de mes”.
¿Y a ti? ¿te pierde el chocolate?
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