El Peso Justo
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¿Sabías que existen una serie de trucos que pueden facilitar mucho la labor de perder peso? Por supuesto deben acompañarse de una dieta sana y equilibrada y una actividad física adecuada, pero también es cierto que siguiendo esta serie de estrategias podríamos acelerar mucho el proceso de conseguir los resultados deseados.
¿Por qué identificamos la dieta con esfuerzo, sacrificio y sufrimiento? Hoy te recomendamos 7 trucos verdaderamente sencillos que harán que perder peso sea mucho más llevadero y gratificante.
¿Alguna vez te has parado a pensar en la estructura de tu supermercado favorito? No pienses que la organización de las secciones es casual.
Los supermercados suelen seguir unas estrategias que nos obligan a pasar por las estanterías de los alimentos más calóricos para llegar hasta la zona de los productos de primera necesidad.
Ésto nos dificulta bastante la labor de llenar nuestro carro sólo con productos saludables y marcharnos directos a casa casa sin caer en tentaciones.
Por ello, es recomendable elaborar una lista de la compra con los productos saludables que necesitas, cumplirla al pie de la letra e ir de compras con el estómago lleno.
Usa tu imaginación y traza una línea imaginaria que divida tu carro en dos mitades.
Teniendo en cuenta las proporciones de “el plato ideal”, parece lógico que nuestro carrito también debería correspondersecon estos porcentajes. Por tanto, llena la mitad del carro con alimentos frescos y saludables de origen vegetal, como frutas y verduras.
Este truco te será de gran ayuda para perder peso sin pasar hambre mucho más rápido de lo que imaginas.
Sabemos que es tentador, y que en un buffet libre tendemos a comer por encima de nuestras posibilidades. Un buen truco para no caer en la trampa de los excesos es masticar despacio, entre 15 y 20 veces antes de tragar cada bocado.
¿Has observado que cuando comes en un restaurante te cuesta más terminar el menú aunque la ingesta no sea mucho más abundante de lo habitual? Si te ocurre, es muy probable que normalmente comas más rápido de lo que deberías y que por ello, estés comiendo mayor cantidad de la que realmente necesitas.
Un factor muy importante que hace que comiendo fuera de casa acabemos más llenos, aún cuando elegimos el menú más ligero y saludable de la carta, es que comemos más despacio, debido a que tiempo transcurrido entre cada plato sumado al hecho de comer en público, incentiva una mayor lentitud a la hora de comer.
Los comensales más lentos dan tiempo a que aparezca la señal de saciedad, enviada por el cerebro aproximadamente a los 20 minutos después del primer bocado.
Con una buena estrategia, el ejercicio no debería dar hambre. No es recomendable entrenar con el estómago completamente vacío, ya que se aumentan las posibilidades de que se dispare nuestro apetito después de entrenar y acabemos consumiendo muchas más calorías de las quemadas. A este apetito hay que sumar que tendremos en nuestras manos una excusa infalible, "Hemos hecho deporte, ¡Nos lo merecemos!"
Por ello, se recomienda comer algo ligero antes de empezar el entrenamiento. Esta sencilla técnica nos ayudará a moderar nuestro apetito.
No quiero decir que dejes de comprar los alimentos en el supermercado y te unas a un clan de cazadores-recolectores.
Controla los productos que entran en tu despensa. Si no hay dulces y productos poco saludables, te resultará más fácil no caer en la tentación en momentos de debilidad.
Al mismo tiempo, coloca tu frutero en un lugar estratégico, bien a la vista y llénalo de fruta utilizando gran variedad de colores, será mucho más fácil que consigas perder peso de forma saludable.
Otra recomendación que está demostrado que funciona es no llevar la olla o recipiente con la comida a la mesa. Sírvete un plato y deja el resto en la cocina, de esta forma repetir plato implique cierto esfuerzo. Las personas que se llevan la fuente a la mesa ingieren hasta un 30% más que las que la dejan en la cocina.
La cantidad de comida que ingieres depende en buena parte de las personas con las que compartes tu espacio mientras comes.
Está demostrado que con amigos generalmente se come más. Ésto también ocurre cuando el/la camarer@ tiene sobrepeso.
Pero sin duda cuando mayor probabilidad hay de acabar comiendo en exceso es al disfrutar de la compañía de esos amigos delgados que aparentemente comen mucho. Inconscientemente te hacen pensar que puedes comer lo mismo sin engordar, pero no se tiene en cuenta otros factores como qué come el resto del día, cuánto ejercicio realizan o símplemente, “cómo de bien les trata” su metabolismo.
Aquellas personas que empiezan a hacer ejercicio acompañadas de alguien, tienen más éxito porque se sienten comprometidas con esa persona en este sentido.
Hay días en los que no apetece mover el trasero del sofá, por pereza o por desmotivación. Si tienes un compañero de entrenamientos que cuenta contigo, te sentirás en cierto modo “obligado” a acompañarle.
¿Qué te parecen nuestros trucos psicológicos para adelgazar? ¿Te atreves a probarlos? ¡Te aseguro que los resultados aparecerán antes de lo que imaginas!
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