7 peores cosas que puedes hacer si quieres adelgazar tras el verano

Adelgazar después del verano puede ser uno de los retos más difíciles de afrontar. Por lo general, durante el verano se come menos ya que el calor no abre el apetito. Sin embargo, resulta complicado no terminar las vacaciones con, al menos, dos kilogramos de más. Aquí se repasan las siete peores cosas que se pueden hacer si verdaderamente se quiere recuperar el peso ideal.

Las 7 cosas que no se deberían hacer para adelgazar tras el verano

Para comenzar el listado hay que confirmar que las dietas milagro no dejan de ser tan inútiles como siempre. Por lo general, buscan la cetosis a través de eliminar los carbohidratos para que el organismo se vea forzado a quemar la grasa acumulada. El resultado es catastrófico para el cuerpo e incluso puede llegar a dejar secuelas que tengan que ser resueltas por un médico.

Otro clásico es comer exclusivamente un alimento concreto. Últimamente, se ha puesto de moda la dieta de la ensalada que consiste exclusivamente en comer este plato durante varias semanas. Si bien una ensalada no debe faltar nunca en la mesa, el no tomar proteínas, minerales y vitaminas termina provocando un déficit poco recomendable.

Dado que las dietas arriba mencionadas son un riesgo, es posible caer en el error de comer lo justo para que el cuerpo vaya eliminando la grasa. Lo único que se consigue es que el organismo ralentice el metabolismo, absorba toda la grasa de lo poco que se coma y que la sensación de hambre provoque unas tremendas ganas de darse un atracón que terminará por incidir en un aumento de peso.

Suele decirse que la persona que no come demasiado pero que pesa mucho acumula líquidos. Para expulsarlos se decide tomar diuréticos. Es importante reseñar que los líquidos cumplen su función en el organismo y que, salvo daño renal, el cuerpo los expulsa progresivamente. Tomar algo para eliminarlos de forma más continua provoca alteraciones en los niveles de sodio y cansancio. Además, es tirar el dinero porque lo que pesa realmente es la grasa y no el líquido.

Ponerse a hacer ejercicio sin control es otro de los recursos más utilizados. Si antes del verano se hacía algún tipo de actividad, estaría bien retomarla. En caso contrario, salir a correr una hora al día, hacer aeróbicos en el gimnasio o ejercicios cardiovasculares son medidas siempre recomendables, pero poco útiles si no se acompañan de una dieta adecuada. Por lo general, estas ansias deportivas duran poco ya que la actividad física solo provoca una pérdida de peso a largo plazo.

Tomar pastillas para perder peso es muy beneficioso... para el que las vende. Parece lógico pensar que si funcionasen no habría tantos gimnasios, ni tantos nutricionistas. Por lo general, se trata de laxantes camuflados o de cápsulas que tienen un efecto saciante para conseguir que se coma menos cantidad. Al no estar demasiado clara su composición, no merece la pena correr el riesgo.

La séptima cosa que no debería hacerse es pensar que los aparatos que venden en Internet o en televisión para adelgazar cómodamente sirven para algo salvo para vaciar la cuenta corriente del que los compra. Es adecuado recordar que los modelos que los usan en los anuncios llevan años entrenando y que solo el esfuerzo es eficiente para modelar el cuerpo.

Un objetivo fácil de alcanzar

Adelgazar después del verano es posible con una dieta variada y con ejercicio físico. Se necesitan varios meses para comenzar a ver resultados. La constancia y el compromiso ayudan a conseguir el objetivo. Nos gustaría conocer cuáles son tus trucos para lograr deshacerte de esos kilogramos de más. ¿Podrías compartirlos con los demás lectores? Abrimos los comentarios para que nos permitas saber cómo recuperas la línea tras las vacaciones.