Trucos para activar el metabolismo

Una de las causas por las que cuesta perder peso y el cuerpo se siente cansado y sin energía es muy posible que se encuentre en la lentitud del metabolismo. Aunque puede verse afectado por diversos factores sobre los cuales el cuerpo tiene un menor control (edad, sexo u hormonas), también es posible estimularlo mediante la aplicación de unas sencillas medidas al alcance de todos.

¿Cómo se consigue acelerar el metabolismo?

Para aumentar el uso de la energía almacenada en el cuerpo y mantener la línea hay que hacer algo más que contar calorías.

Mantenerse activo

La actividad física es el factor que más influye en el metabolismo. No solamente se consumen calorías durante el entrenamiento, sino que la combustión continúa incluso después de finalizarlo.

Incorporar a la rutina diaria al menos 30 minutos de ejercicio es un buen comienzo.

Trabajar los músculos

La densidad de los músculos afecta al metabolismo. Los músculos consumen energía incluso en reposo y esa energía la toman mayormente de la grasa del cuerpo. ¿Qué quiere decir ésto? una mayor masa muscular implica quemar una mayor cantidad de calorías casi por el simple hecho de respirar.

Por lo tanto, es muy aconsejable aumentar la masa muscular haciendo ejercicios de resistencia de tres a cuatro veces a la semana.

Perder peso sin pasar hambre

¡Siempre lo decimos! Saltarse comidas y dejarse "morir de hambre" es un gran error, ya que además de frenar el metabolismo, conllevará que más tarde se sucumba a los antojos.

Y eso no es todo, ya que nuestro cuerpo dispone de una especie de mecanismo de defensa mediante el cuál tras romper el ayuno nuestro organismo piensa "voy a almacenar toda la energía posible no vaya a ser que a este inconsciente le de por dejarme otra temporada sin sustento" y adivina cómo almacena el cuerpo esta energia. ¡Has acertado! En forma de grasa.

Por tanto, te recomiendo seguir una dieta equilibrada basada en alimentos frescos, ricos en vitaminas y fibra, que te ayudará a saciar el apetito.

Sueño de calidad

Dormir menos de 7 horas diarias tiene un impacto negativo sobre el metabolismo. La falta de sueño aumenta la hormona del estrés, el cortisol. Ésto trae consigo un desequilibrio hormonal que altera el metabolismo.

Por otra parte, dormir mal y escasamente incrementa la atracción a los hidratos de carbono simples de absorción rápida (azúcares, dulces y pastas, por ejemplo).

Tener una buena hidratación

Para que funcione correctamente el cuerpo es necesario que esté bien hidratado. De lo contrario, el metabolismo se enlentece.

Sabiendo que el organismo pierde un promedio de dos litros de agua diarios, hay que esforzarse en ingerir el equivalente, que vienen a ser unos ocho vasos de agua distribuidos a lo largo del día. Ésto facilitará la activación de tu metabolismo.

Reducir el estrés

Está demostrado que el estrés afecta al metabolismo. El estado de tensión permanente causa un incremento de los niveles de insulina que desencadena un apetito voraz.

Por lo tanto, practicar actividades de relajación como la meditación, el yoga y ejercicios de respiración puede resultar verdaderamente útil para aquellas personas que se sienten estresadas y están preocupadas por mantener un metabolismo saludable.

Abusar de las especias

Las especias son además de poderosos antioxidantes, unas maravillosas aliadas a la hora de activar tu metabolismo. La pimienta, la cúrcuma, el jengibre o la canela son algunos ejemplos. Aderezar las comidas con ellas hará que los platos sean más sabrosos y se incrementará la quema de grasas.

Ingerir alimentos ricos en proteínas de calidad

Aumentar (siempre de forma controlada) el consumo de proteínas de calidad (pescado, huevo, legumbres y carnes blancas) beneficia al metabolismo en reposo.

Además, elegir alimentos como el yogur no azucarado, el queso fresco o los frutos secos crudos sin sal para los tentempiés puede ser una gran idea.

Combina estos sencillos trucos con una rutina de entrenamiento optimizada para tí y conseguir activar el metabolismo y perder esos kilos de más, será pan comido.

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