El Peso Justo
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Los ejercicios hipopresivos, los ejercicios con pesas y un entrenamiento basado en el ciclo menstrual son tres elementos clave para sacar el máximo partido a la actividad física. Su práctica constante reporta grandes beneficios en la salud.
¿Qué son los ejercicios hipopresivos? ¿Cuáles son los beneficios que pueden aportar a la salud? También conocidos como abdominales hipopresivos, son un conjunto de ejercicios y movimientos que buscan reducir, en la medida de lo posible, la presión en las cavidades torácica, pélvica y abdominal.
La zona abdominal es la encargada de la transmisión de las cargas del tren inferior y el superior. Diariamente la zona media del cuerpo aguanta muchas presiones. Con la risa, la tos, el grito, la práctica del deporte o cuando se carga con peso, aumenta su actividad.
En los casos de largos periodos de inactividad o embarazo se corre el riesgo de perder fuerza en la musculatura de la faja abdominal y que esta termine perdiendo su función. Por eso son tan importantes los ejercicios hipopresivos. Ayudan a tonificar los músculos y prevenir el debilitamiento del suelo pélvico tras el parto.
Muchas mujeres han oído hablar de ellos, pero no tienen muy claro cómo se realizan. Es recomendable seguir una serie de consejos y pautas para practicarlos de la manera correcta.
No es una buena idea hacer los ejercicios antes de ir a la cama, ya que activan el sistema nervioso simpático, afectando al sueño. Tampoco está indicado realizarlos después de comer, sobre todo si ha sido una comida copiosa.
Hay que tener en cuenta que los hipopresivos no solo son abdominales, de hecho se trabaja toda la musculatura, de los pies a la cabeza. Lo correcto sería decir que son ejercicios posturales y respiratorios que, a la hora de realizarlos, trabajan y tonifican las abdominales.
Para su correcta ejecución deben tenerse en cuenta dos elementos:
1. La postura. Los hipopresivos se realizan en diferentes posturas: tumbados (bocarriba o de lado), de pie, sentados o de rodillas. En cada una de ellas las indicaciones técnicas sobre cómo realizarlos van a variar. La postura más delicada es cuando nos situamos de pie. Debemos separar ambos pies a la anchura de nuestras caderas, repartir el peso entre ambos y desbloquear las rodillas flexionándolas un poco, evitando que estén completamente extendidas. Hay que inclinar un poco el eje corporal para que el peso del cuerpo recaiga más en los dedos que en los talones. Si se elige estar sentado, es importante hacer también una autoelongación de la columna.
2. La respiración. En primer lugar se deberá inspirar, llenando los pulmones, para después vaciarlos. Sin aire en los pulmones se realiza una apnea, es decir, no tomar aire ni por la nariz ni por la boca. Seguidamente (sin aire) se hace una expansión costal abriendo las costillas, manteniéndola durante unos 4 segundos. Con la práctica se podrá ir aumentando el tiempo.
La realización de la apnea, junto con la postura y la respiración, harán sentir los beneficios de su práctica, ayudando a fortalecer la musculatura del abdomen y el suelo pélvico.
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