El Peso Justo
tu blog para sentirte bien
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Aquel dicho que dice dime qué comes y te diré quién eres, también podría decirse dime quién eres y te diré qué comes. Las emociones y el estado psicológico de una persona afecta mucho más de lo que pensamos a la manera de comer y también a nuestro metabolismo, lo que se traduce en nuestra situación con respecto a nuestro peso.
Así que hoy os hemos traido una selección de las emociones que nos ayudan a adelgazar y de las que por el contrario nos hacen subir de peso.¡Atenta!
Según la ciencia a mayor dosis de felicidad más fácil perder esa grasa acumulada y las toxinas de nuestro cuerpo. Esto se debería a que la felicidad se debe a un neurotransmisor, la serotonina, que también se produce cuando comemos, si obtenemos nuestra dosis de serotonina con nuestros hobbies, o con esa persona que nos hace reir a carcajadas, o simplemente cuando salimos a bailar con amigos, no necesitaremos que la comida nos la aporte y por lo tanto no comeremos más que lo necesario. Tiene sentido ¿no? Así que si ya ciertos estudios llegaban a la conclusión de que ser feliz te daba más salud, ahora que han descubierto que nos ayuda a adelgazar, no tenemos más que otro motivo para reirnos más.
La pérdida de un ser querido ya sea por muerte o por la ruptura de una pareja puede hacernos perder el apetito. Esto se produce debido a que aumentamos los pensamientos que nos angustian al perder ese ser querido y esto conlleva a una alteración del apetito y por ende a nuestra manera de comer. Hay que decir que aquí depende un poco la manera de reaccionar de las personas, pues hay muchas que se resisten a comer pero otras encuentran consuelo en alimentos calóricos como chocolates o helado, y ahí no adelgazaría, obviamente.
Los nervios pueden hacer que el cuerpo libere hormonas que ayudan a hacer frente a una amenaza (la circunstancia que nos produce esos nervios). Estas hormonas aumentan el metabolismo y por lo tanto el gasto calórico del cuerpo, con lo cuál quemaríamos más grasa si no aumentamos nuestro consumo de alimentos, claro.
Hace ya unos años, se publicó un estudio en el que se demostraba que ver películas de miedo nos ayudaban a adelgazar,esto se deberá al aumento de la frecuencia cardiáca y consumo de oxígeno que nos inhibe el apetito y por lo tanto comemos menos y adelgazamos en consecuencia.
Hay estudios que relacionan el exceso de peso con una baja autoestima. Esto se produciría debido a que si estamos mandando pensamientos negativos con respecto a nuestro cuerpo, como "soy gorda", a nuestra mente que es la que controla nuestras acciones, terminará creyéndoselo y materializandolo.
Cómo ya descubrimos en nuestra entrada el estrés engorda,con lo cuál es otra de las emociones que no nos ayudan nada a la hora de perder peso.
Un estado de depresión genera menos producción de serotonina y por lo tanto más apetito por comidas que la produzcan, como el chocolate o alimentos muy calóricos. Es una de las emociones que más nos engordan y por lo tanto tenemos que intentar eliminar, una buena idea sería hacer ejercicio para combatirla.
Esta situación, nos aumenta la sensación de apetito en respuesta al estado de ansiedad. Además hay estudios que relacionan el aumento de grasa corporal con un estado de ansiedad y una de las consecuencias de tener ansiedad normalmente es la falta de sueño que como también vimos, nos afecta al peso.
¿Ya conocías que emociones te engordan y cuáles te ayudan a adelgazar? ¡Comparte!
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