El Peso Justo
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Conseguir un alto rendimiento intelectual y físico exige, entre otras cosas, nutrirse de manera adecuada. La alimentación es la herramienta fundamental para obtener el combustible que da fuerza al organismo.
De hecho, se sabe que, a la hora de adelgazar o de ganar masa muscular, es importante comer con criterios nutricionales. Entonces, ¿qué se debe hacer para que el cuerpo pueda obtener y aprovechar la energía?
Aunque muchos productos procesados aseguren una alta cantidad de calorías por ración, se sabe que la mayor parte de ellas no son aprovechadas debidamente por el cuerpo.
La razón está en que los alimentos ultraprocesados no llevan consigo nutrientes como las vitaminas o los minerales, que son necesarios para que dichas calorías se conviertan en energía. Incluso, pueden llegar a restar fuerza y generar sensación de fatiga al intentar metabolizarlos.
Las calorías “vacías” están en las bebidas alcohólicas y también en este tipo de comestibles. Dentro de los procesados, están los productos precocinados, las galletas, la bollería y los alimentos light.
No hay nada mejor que alimentarse con aquello que se ha comido toda la vida, libre de edulcorantes, aditivos, azúcares añadidos, exceso de sal y conservantes de dudosa procedencia. Ejemplos de alimentos saludables son las legumbres, frutos secos, pescados y carnes de calidad, y cereales.
Los alimentos que tienen una lista de ingredientes más corta son los que más nutrientes suelen aportan y los que están menos procesados. A su vez, son los que proporcionan una energía natural. De todos ellos, ¿cuáles pueden aportar más energía al organismo?
Cada día, se debería tomar, al menos, una ración (un puñado) de frutos secos. Las almendras, los anacardos, las nueces o las avellanas son excepcionales para conseguir una energía saludable.
Su alto contenido en grasas permite, además, obtener numerosos beneficios para el organismo, como mantener la estructura de las membranas de las células. También contienen fósforo, un mineral relevante para metabolizar el ATP (la moneda de intercambio energética).
Por otro lado, muchas personas creen que los frutos secos impiden perder peso, cuando esto no es del todo cierto. De hecho, gracias a las grasas que contienen, los frutos secos permiten que el metabolismo funcione más rápido y sea más eficiente, aprovechando mejor la energía.
En cada comida principal debería consumirse una pieza de fruta. En un plato, mitad de este debería estar relleno de verdura. Aunque este grupo de alimentos aporte poca energía calórica, sí que suministra una gran cantidad de vitaminas. Por ejemplo, las del grupo B ayudan a que el organismo pueda procesar la energía.
Las verduras de hoja verde contienen una gran cantidad de potasio, un mineral necesario para hacer funcionar los músculos.
Las legumbres, el pescado, el pollo, el huevo y las carnes son alimentos muy nutritivos, que combaten el cansancio, no engordan y producen una sensación de saciedad.
Estos macronutrientes se consideran como los “ladrillos” del organismo. Los alimentos que contienen alta cantidad en proteína también aportan una cantidad de energía relevante, mientras ayudan a formar diversas estructuras del organismo.
Escoger alimentos con alto contenido en líquidos también es primordial. El agua es el medio que posibilita muchas de las reacciones químicas para obtener el ATP. Prepararse un batido cada mañana con verduras y frutas puede ser una buena idea para hidratarse y comenzar la jornada con una buena dosis de nutrientes.
Estos son algunos consejos de nutrición para sentirse fuerte y dinámico. Adquirir hábitos de alimentación saludable tiene consecuencias positivas, en el plano físico, intelectual y emocional. ¿Qué más añadirías? Coméntalo en el blog.
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