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¿Conoces el hot yoga? Es una de las modalidades de yoga de más éxito por sus rápidos e impresionantes resultados. Consiste en practicar yoga a una temperatura alta de 42 °C y un 40 % de humedad ambiental.
Este tipo de yoga fue creado por el hindú Bikram Choudhury, quien creó las 26 posturas para rehabilitarse tras una lesión practicando yoga. Viajó a los Estados Unidos en el año 1973 y perfeccionó el sistema hasta llegar a la exitosa rutina actual.
Se basa en sesiones de 90 minutos en las que se realizan un total de 26 posturas (asanas). Debido a las condiciones extremas en las que se realizan los ejercicios, los resultados son tangibles en tan solo una semana.
El calor activa el metabolismo y con ello se acelera la quema de calorías. Permite que los músculos trabajen con más seguridad. Además, influye en el sistema hormonal de las personas, lo que paraliza la tendencia natural a engordar e impide la retención de líquidos. Todo ello combinado con los beneficios que en sentido general nos reporta la práctica del yoga: relajación, disminución de dolores, fin del insomnio, rejuvenecimiento, entre otros.
El hot yoga es un tipo de actividad que puede ser realizada por todos aquellos que practican yoga, desde el nivel inicial hasta el más alto. La clave está en que no exige la realización de posturas complicadas, sino posturas básicas del hatha. Por ejemplo: las posturas de la montaña, del árbol, la del guerrero, entre otras.
Existen tres tipos de hot yoga: Flow Hot yoga, Hatha Hot Yoga y Yon Yoga. Todas se practican en las mismas condiciones ambientales, pero se diferencian en el tipo de posturas que se realizan.
La continuidad en el tiempo de la práctica de este tipo de yoga reporta impresionantes resultados en el control del peso, el bienestar mental, tono muscular y la salud en general. Estos son algunos de sus beneficios concretos:
Para obtener todos estos resultados es muy importante seguir las recomendaciones de los profesionales. Se debe beber mucha agua antes, durante y después de las sesiones, usar ropa ligera y flexible, comer ligero como mínimo dos horas antes de entrenar y evitar consumir café con anterioridad para evitar la deshidratación.
¿Te atreves a practicarlo?
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