El Peso Justo
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No debemos preocuparnos demasiado por comer eventualmente fuera de casa, siempre y cuando actuemos con moderación y no aprovechemos para dar rienda suelta a todos nuestros antojos. De hecho, muchos nutricionistas recomiendan practicar el cheat meal o día trampa, con el fin de obtener una mejor adherencia a la dieta.
El problema llega cuando, ya sea por motivos laborales como de cualquier otra índole, nos vemos obligados a comer fuera de casa con mayor frecuencia de la deseada o recomendable.
Comer fuera de casa suele representar un plus de dificultad si queremos seguir una alimentación equilibrada y saludable o una dieta de adelgazamiento. Algunas de las razones son: La gran variedad de opciones en el menú, el hecho de que los platos elaborados mediante técnicas de cocina menos recomendables suelen resultar más atractivos y, no nos engañemos, el ritmo de vida acelerado de la sociedad actual hace que resulte muy tentador optar por la comida rápida para ahorrar tiempo y dinero (sí, por desgracia la comida basura generalmente es mucho más barata).
Por este motivo, hoy os traemos una lista con los mejores trucos para poder cumplir con nuestros compromisos diarios, comiendo fuera de casa y sin que esto afecte a nuestra figura:
Más de uno no dará crédito de lo que acaba de leer. ¿Puede el picoteo ayudarnos a no ganar peso? No exactamente, ¡Debemos leer la letra pequeña!
Cuando hablamos de comer entre horas nos referimos a no limitarnos a las grandes ingestas principales, un hábito frecuente en aquellas personas con una agenda muy apretada. No te conformes con el desayuno, la comida y la cena.
¿La justificación? Es muy simple de entender. Pongámonos en situación:
Sales por la puerta del trabajo a la hora de comer, turno partido, no te da tiempo a ir hasta tu casa, tienes un hambre voraz ya que no picas nada desde primera hora de la mañana. ¿Qué te pide el cuerpo?
El 90% se decantará por ir corriendo hasta el establecimiento de comida rápida más cercano y pedirse el menú gigante de hamburguesa, patatas fritas, refresco y un helado cubierto de chocolate de postre. El pequeño grupo restante recordará que quiere y debe cuidar su alimentación y elegirá una alternativa más sana, dejándose caer por el restaurante tradicional más cercano. Del mismo modo, el momento de elegir los platos del menú será complicado para este segundo grupo de gente bienintencionada que tampoco ha probado bocado desde el desayuno. Es fácil que se decanten por los macarrones a la carbonara, los escalopines con patatas y la tarta de la abuela, en lugar de una ensalada mixta, lubina a la plancha y fruta del tiempo.
¿Te parece lo bastante convincente este ejemplo como para empezar a consumir una pieza de fruta o snack saludable a media mañana? Si quieres más ideas, aquí te dejamos una lista de snacks saludables para comer entre horas.
Es muy habitual confundir la sed con sensación de hambre, por lo que debemos mantenernos bien hidratados para evitar tentaciones totalmente innecesarias.
La recomendación más habitual es alcanzar los dos litros de agua diarios consumidos, aunque si esta labor te resulta muy complicada (por no decir prácticamente imposible), también se pueden recurrir a tés o infusiones sin azúcar para completar esta cantidad. De todos modos, quisiera recordar que lo más recomendable siempre será el agua.
¿Has oído hablar del hambre real y el psicológico? ¿Sabrías diferenciarlos? Una buena hidratación puede ser clave para evitar uno de estos episodios de hambre emocional, nada recomendables cuando se buscar perder peso.
Poco hay que añadir a este apartado. Disponer de un menú del día o toda una carta con gran variedad de alternativas donde elegir un primero y un segundo o tener que pagar por cada plato siempre será mucho mejor que ir a un buffet libre donde nos entrará la necesidad (muy española, todo hay que decirlo) de amortizar el coste con muchas creces. ¡Reconócelo! Siempre que has ido a un buffet libre con tus amigos no habéis parado de comer hasta probar todo aquello que tenía buena pinta, desafiando el límite de capacidad de vuestros estómagos. ¿Crees que prácticas de este tipo pueden ayudarnos a perder peso de forma sana? Yo, sinceramente, lo dudo bastante.
Una vez elegido el establecimiento adecuado, presta toda tu atención a los nombres que figuran en la carta o el menú.
No dejes que tu hambriento estómago decida por ti y planifica el mejor menú posible.
Asegúrate de que al menos estén presentes todos los macronutrientes saludables: Hidratos de carbono complejos, proteínas de alto valor biológico y grasas saludables.
De primero opta por una ensalada o un plato donde predomine la verdura y deja el plato más calórico para el segundo lugar. De esta forma conseguirás una mayor sensación de saciedad evitando abusos en los productos más calóricos.
Prioriza en todo momento aquellos platos elaborados mediante técnicas de cocina que incrementen menos las calorías del mismo: Al vapor, a la plancha, a la parrilla, al horno... Además, si no vienen acompañadas de salsas grasas, muchísimo mejor.
Aunque este apartado podría incluirse dentro del anterior, considero que debido a la importancia del autocontrol a la hora de elegir el postre, merecía concederle un punto aparte.
¿Qué tomas de postre en casa cuando quieres perder peso? ¿Una pieza de fruta, un yogur desnatado, una gelatina...? ¿Por qué cuando comemos fuera de casa nos cuesta tanto seguir con este hábito?
Con esto no estoy diciendo que si un fin de semana tienes una celebración o si quedas con los amigos para comer un día puntual tengas que ser el “rarito” que pregunta “¿tenéis algo de fruta?” (aunque si es lo que de verdad te apetece, mejor que mejor), pero si comer fuera de casa forma parte de tu rutina habitual, sí es cierto que deberías buscar una alternativa poco calórica y saludable para los postres.
¿Qué te han parecido estos sencillos trucos para no engordar si comes fuera de casa habitualmente? La clave, como siempre, la encontramos en la moderación. Debemos aprender a comer de forma saludable en general y disfrutar de este buen hábito de comer bien, dentro y fuera de casa.
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