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Si sigues una dieta paleo, puede que el desayuno te traiga muchas veces de cabeza, en especial si llevas poco tiempo siguiendo este tipo de alimentación. Aquí te dejamos algunas ideas para que saques el máximo partido a tus desayunos paleolíticos.
Un desayuno a base de frutas suele ser la opción más recurrente si sigues una dieta paleo. No obstante, dentro de este tipo de alimentos hay algunos grandes desconocidos para la mayoría de la gente. Entre ellos destacamos el melón cantalupo. Esta fruta, además de ser una delicia, tiene un alto contenido en agua. Esto te va a ayudar a refrescarte y a evitar la deshidratación, especialmente en los meses más calurosos del año.
Un buen batido de frutas y proteínas es otra opción para un desayuno paleo completo. Usa una taza de frambuesas, un plátano, 50 gramos de proteínas, una cucharada de aceite de coco, una cucharada de canela, agua ¡y a la batidora! Obtendrás un buen batido que te aportará la energía necesaria para arrancar por la mañana. Además, siempre puedes acompañarlo de un puñado de frutos secos.
Un ingrediente que puedes añadir como base principal de tus desayunos paleo es el huevo. Este alimento es muy versátil, ya que puede ser cocinado de diferentes maneras. Prueba con algunas recetas como, por ejemplo, huevos cocidos con plátano, un par de huevos con beicon a la plancha o, simplemente, unos huevos revueltos usando aceite de coco y acompañados de un puñado de frutos secos. Otro truco, si no cuentas con mucho tiempo por las mañanas o si es habitual que se te queden pegadas las sábanas, es cocer la noche anterior algunos huevos para añadir a tu desayuno a la mañana siguiente.
Prueba a glasear las zanahorias, a hacer un salteado de beicon y champiñones para acompañar con el aguacate o a combinar distintas verduras en el desayuno. Otras buenas ideas para cambiar la forma en la que comes verduras en el desayuno es, por ejemplo, hacerlas en tortilla, como sucede con las tortillas de espinacas. También puedes tomarlas crudas y acompañadas de frutos secos u otras frutas como, por ejemplo, frutos rojos.
Sí, a pesar de que pueda parecer una locura, ¿por qué no aprovechar la carne que sobró anoche de la cena? Hacer un salteado de verduras con pollo de la noche anterior puede convertirse en un desayuno perfectamente válido para cambiar la rutina en tu dieta paleo.
Hay otras opciones aún más complejas y menos vistas, como pueden ser el pan de limón con moras, el pan de bananas, los sándwiches de huevo sin usar pan, e incluso tacos de pollo sustituyendo el pan por hojas de lechuga. Las combinaciones y complejidades de las recetas paleo pueden ser muchas.
¿Y tú? ¿Tienes alguna receta para tus desayunos paleo que te ayude a salir de la rutina habitual?
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