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Los lácteos como el queso, la leche o el yogur son alimentos que no son indispensables en la dieta, pero cuyo consumo puede ayudar enormemente a la prevención de algunas enfermedades. Como se detallará a continuación, los lácteos disminuyen las probabilidades de sufrir el síndrome metabólico.
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El síndrome metabólico es un conjunto de patologías que aumentan el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca o bien una diabetes de tipo 2. Concretamente, las patologías más frecuentes que se engloban en este grupo son la resistencia a la insulina, las dislipemias o la obesidad a nivel del abdomen.
La resistencia a la insulina se traduce en valores elevados de glucosa en la sangre. Las dislipemias, por su parte, se refiere a la presencia de una concentración elevada de colesterol malo y baja concentración de colesterol bueno. Además del exceso de grasa en la cintura, otra de las patologías que se asocia a este síndrome es la hipertensión arterial.
La leche, el yogur o el queso son claves para disminuir las probabilidades de sufrir este síndrome. Concretamente, el consumo diario de un vaso de leche y algún yogur de forma semanal resultarían beneficiosos. Asimismo, el consumo esporádico de queso durante la semana tendría el mismo efecto.
En la actualidad, existe una gran variedad de lácteos disponibles en el mercado. Por un lado, las personas intolerantes a la lactosa tienen que optar por los lácteos sin lactosa, mientras que el abanico de añadidos a leches y yogures es muy amplio. En este artículo, se distinguirán únicamente lácteos enteros (sin retirar ninguna de sus fracciones) y lácteos desnatados. En este último caso, las leches, yogures y quesos habrán sufrido una retirada parcial de la grasa que contienen de forma natural.
Los estudios que se realizaron sobre este tipo de alimentos llegaron a la conclusión de que a mayor ingesta de lácteos, menor era el riesgo de sufrir el síndrome metabólico. No obstante, algunos investigadores fueron más allá y decidieron determinar si había diferencias entre los tipos de lácteos comentados anteriormente. Los resultados demostraron que los desnatados eran los que más beneficios reportaban de cara a prevenir las patologías asociadas al síndrome metabólico.
Sin embargo, en ningún momento se observó que los lácteos enteros fueran negativos para la salud humana. Hace algunos años, se llegó a comentar que el consumo de queso, yogur y leche podría aumentar las grasas en la sangre. Tras estos recientes estudios, se ha visto que no hay relación entre los triglicéridos en sangre y el consumo de estos productos. Aún así, de cara a favorecer la disminución del riesgo del síndrome comentado, es mejor optar por los desnatados.
En definitiva, los lácteos son un grupo de alimentos muy beneficiosos para la salud. Además de aportar proteínas y grasas saludables, son capaces de reducir la incidencia de determinadas enfermedades. Entre ellas, cabría destacar las patologías que forman parte del síndrome metabólico. ¿Qué opinan los lectores?
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