¿Por qué siempre tengo hambre? Causas que debes saber

Esta es una pregunta que puede que te hayas hecho alguna vez, sobre todo si estás a dieta. Puede que incluso hayas tenido hambre justo después de comer, o que hayas seguido comiendo una vez saciado. Son situaciones en las que prácticamente todo el mundo se ha encontrado alguna vez. Pero, ¿por qué pasa esto?.

Lo primero que tenemos que distinguir es entre los dos tipos de hambre que existen. Puede que tengas hambre fisiológica o hambre psicológica. El hambre fisiológica es totalmente normal. La que tenemos que entender para descubrir por qué tenemos siempre hambre es la psicológica.

La industria alimentaria

La primera cosa que debemos tener presente es que la propia industria alimentaria invierte grandes sumas de dinero en que tengamos necesidad de consumir sus productos casi constantemente. Sobre todo si hablamos de alimentos ultraprocesados. Esto lo consiguen mediante unos aditivos conocidos como excitotoxinas. Estas toxinas provocan una alta estimulación en nuestras neuronas, provocando que se agoten rápidamente y mueran. Al morir, son absorbidas con mucha rapidez por nuestro organismo, generándonos de nuevo esa sensación de hambre.

Vigila tus emociones

Ciertos estados de ánimo como la tristeza, el estrés o la ansiedad pueden llevarte a comer de forma más seguida y compulsiva, incluso sin tener hambre. Sobre todo tendemos a consumir comidas altas en carbohidratos cuando nos encontramos en estos estados de ánimo y, por lo general, alimentos muy procesados o ultraprocesados. Si a esto le sumamos la presencia de las excitotoxinas de las que hablábamos antes, tenemos un bucle casi infinito en el que nos costará mucho parar de comer y de tener hambre.

El ejercicio puede ayudarte también a superar o disminuir estos estados de ánimo, sobre todo la ansiedad y el estrés. Además, mientras practicas deporte, puedes forzarte a dejar de consumir alimentos durante la sesión, pudiendo de esta forma cortar la cadena.

Ojo también con los periodos de aburrimiento, porque suelen ser otros momentos en los que, simplemente por el mero hecho de "hacer algo", nos dedicamos a visitar la nevera o la alacena en busca de algo para picar. Nuevamente, el ejercicio o llevar a cabo cualquier actividad saludable puede sacarnos de esta tendencia.

Descanso nocturno, un agente importante

Debes tener presentes también las horas que duermes durante la noche y de qué calidad es tu sueño. Un mal descanso o un descanso irregular puede provocarte, de igual manera, esta sensación de hambre psicológica o emocional que te puede llevar a consumir alimentos de forma compulsiva. Llevar una rutina antes de acostarte e intentar hacerlo siempre a la misma hora es la mejor solución para mejorar tu descanso.

Fármacos y enfermedades

Hay ciertos efectos secundarios de algunos fármacos y algunas enfermedades que también pueden generarnos esta sensación de hambre insaciable. Algunos ejemplos son la diabetes, la hipoglucemia o el hipertiroidismo, entre otras. En estos casos, lo mejor es consultar con tu médico cuál es la mejor forma para ponerle remedio.

¿Y tú? ¿Tienes algún truco para combatir el hambre insaciable?