El Peso Justo
tu blog para sentirte bien
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Ni el espejo, ni tu ropa, mienten. Un buen día te das cuenta de que esos pantalones que te quedaban tan bien hace unos meses no te cierran. Sales de la ducha, te miras en el espejo y observas que has engordado.
A partir de este momento tienes dos opciones:
A pesar de ser la más recomendable, es la posibilidad menos contemplada. Parece que se le teme al profesional, que no queremos reconocer que no comemos de foma saludable y que no estamos dispuestos a pasar por una consulta médica. Es entonces cuando se apuesta por la siguiente forma de adelgazar.
Lo más habitual es conocer a alguien que tiene a un conocido que hizo una dieta con la que perdió equis kilogramos en un mes. Este tipo de promesas no dejan de ser un canto de sirenas que te llevará directamente al fracaso. ¿Por qué?
En la mayoría de las ocasiones, este tipo de dietas apuesta por eliminar los hidratos de carbono y por incrementar la ingesta de proteínas. Según la ciencia, esto sería como quitarle a tu coche la gasolina, pero aumentando la capacidad de su motor. Sin combustible sería imposible que el motor tuviera la capacidad de desarrollar toda su potencia. Parece razonable este planteamiento, pero cuando haces una dieta lo olvidas.
Además, si la dieta te dice que no comas bollería industrial, que elimines los fritos, que olvides la comida rápida, que no bebas alcohol y obviedades similares ha de ser buena, pero ¿no sabías todo esto antes de comenzar esa dieta en cuestión?
Cuando comienzas alguna de estas dietas, que suelen ir acompañadas de la compra obligatoria de una serie de productos de incierto contenido y de no siempre recomendables efectos secundarios, tienes una enorme ilusión por cumplirla y por comprobar en la báscula cómo vas perdiendo peso.
Lo malo es que, como dicen los científicos, tu cerebro necesita combustible y no solo proteínas. La reducción brusca de hidratos de carbono provoca cansancio, irritabilidad y otros problemas relacionados con la retención de líquidos e incluso de grasa.
Es entonces cuando comienzas a pensar que esa dieta no encajaba demasiado contigo, que era muy dura o que no te la podías permitir. Entonces aparece otro compañero o familiar que te recomienda una nueva dieta. Una vez más, los primeros días todo va bien, luego te pones de mal humor y finalmente terminas pensando que has perdido el tiempo. Y así sucesivamente.
Además, hay otra serie de factores que inciden en este fracaso entre los que destacamos los siguientes:
Querías perder 10 kilogramos en un mes y no te das cuenta de que si te sobran es porque decidiste, hace ya algún tiempo, empezar a descuidar tu dieta de forma progresiva. Lo que te sucede ahora es la consecuencia de tus propias decisiones.
Tu organismo no sabe por qué no recibe la energía de siempre y la poca que ingiere la convierte en grasa. El resultado es evidente: pierdes dos kilogramos y ganas cuatro.
Te ponemos un ejemplo, un puñado de almendras tiene más calorías que un cruasán, pero esto no significa que no sean mucho más saludables. No se trata de ingerir menos calorías sino de ponerte en marcha para quemar las que ingieres.
Es decir, si vas a una fiesta ¿qué debes comer? ¿Cómo puedes comprar de forma más saludable en el supermercado? Imagina que un día sales y cenas pizza o que apuestas por relajar tu dieta durante tus vacaciones. ¿Sabes cómo volver a adaptarte a tu dieta? ¿Qué harías si te apetecen dulces, algo normal por la falta de hidratos, o si sientes ansiedad por comer?
Si no tienes la motivación personal necesaria, no lo vas a lograr. En ocasiones, es tu médico el que te lo recomienda o quizá algún familiar o tu pareja. Si tú te sientes a gusto con tu cuerpo y no consideras que necesites estilizar tu figura, no hagas dieta porque será una pérdida de tiempo.
Es muy importante subrayar que una persona con sobrepeso puede comer de forma saludable y tener un problema de metabolismo o una dolencia tiroidea. En caso contrario, puede tratarse de ansiedad o de haber asociado la comida con una manera de encontrarse mejor.
Como decíamos anteriormente, no dejes de contar con el apoyo de un especialista para conocer la cifra mágica. De otra forma, tu meta estará siempre cada vez más lejos y te resultará inalcanzable.
Y tú, ¿te has embarcado en el círculo vicioso de las dietas? ¡Es el momento de no hacer dieta nunca más!
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